Entre lo desconocido y el hilo que nos une: ¡Mi reencuentro en la distancia!

 

Hey!!!

Si has llegado hasta aquí, es probable que ya hayamos conectado de alguna manera, quizás incluso más de lo que imaginaba. Te has mantenido a mi lado en estas páginas, lo que significa que abrochaste bien tu cinturón y decidiste continuar este recorrido conmigo.

Pero aguarda un instante: no creas que todo será blanco y negro. A su debido tiempo, le daremos el color que merece.


Una sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar mis primeros años en Chile. Nunca dejé de ser una turista; cada día me maravillaba con lo que mis ojos veían y mi alma conocía. Como bien sabrás, culturalmente somos mundos distintos, y la clave siempre ha sido encontrar algo con lo que resonar, algo que te permita echar raíces en ese lugar, aunque sea por un tiempo. Para mí, ese anclaje llegó con sus paisajes, los sabores de ciertos restaurantes y, por supuesto, con algunas personas que se cruzaron mi camino.

Hubo un momento en que pensé que todo se volvería difuso, oscuro, inmensamente difícil, estaba delante de lo Desconocido. Sin embargo, al dejar Venezuela, desaté un potencial que desconocía, una fuerza capaz de luchar contra los miedos que, quizás, invadieron a muchos al migrar.

Y aquí, en la sinceridad de estas líneas, confieso algo: irme no me dolió. Estaba demasiado emocionada y ansiosa por descubrir nuevos lugares, por aprender, por SER, por VIVIR. Hoy, esa verdad es un bálsamo, un paño tibio que me consuela. Decirlo tal cual lo siento, sin rodeos, ya no me pesa. De hecho, dejó de pesar hace mucho tiempo. Me fui de mis tierras sin mirar atrás, pensando sólo en lo que la vida podría depararme, en todas esas sorpresas guardadas para mí. Wait!!! ¿Quizás egoísta? Sí, quizás. ¿Quizás no? No somos jueces en la vida de nadie, y tampoco deberíamos serlo en la nuestra.

En aquella época, el contacto con Paola era mínimo. Ambas navegábamos nuestras propias revoluciones personales, un torbellino de cambios que apenas nos permitía la comunicación. No compartíamos abiertamente lo que sentíamos o vivíamos, pero una intuición profunda, nos confirmaba que la una estaría para la otra, sin importar la distancia o las circunstancias.

 El Primer Empleo y la Travesura de Novatos

Recuerdo con vívido detalle mi primer empleo en una tienda de ropa. Cuando uno emigra —y de esto estoy completamente segura—, el título universitario pierde gran parte de su valor, al menos por un tiempo, para algunos. Sin embargo, mi incursión como vendedora fue, sorprendentemente, muy divertida. Descubrí una faceta que desarrollé con genuino placer y, en ese camino, tuve la fortuna de conocer a Steven (discúlpame, no puedo usar tu nombre real, pero sé que sabes que hablo de ti).

Nuestros días de trabajo eran un disfrute constante. Siempre encontrábamos un motivo para reír o algo que mejorar en la tienda. Los clientes chilenos se encariñaron con nosotros; las ventas, de hecho, experimentaron un notable aumento durante nuestra estancia. Se me viene a la mente un día cualquiera, en medio del inventario y la atención a los clientes. Ambos estábamos detrás de la caja cuando ocurrió lo impensable: como ágiles linces, par de chicos, se llevaron de la tienda o mejor dicho nos robaron un mono (buzo) y una polera (camisa). Quedamos en shock. Los dueños de la tienda, por supuesto, lo vieron todo a través de las cámaras. ¿Fue nuestra responsabilidad? Quizás, pero éramos unos novatos que, con una buena dosis de audacia, habíamos "inventado" experiencia como vendedores en nuestros CVs.

2016

Me preguntaba qué andaría haciendo Paola en esos momentos de julio de 2016. En medio de mi propio torbellino, su imagen se desdibujaba y aparecía. Pero entonces, como si me leyera la mente a través de la distancia, la recordé. Ahí estaba, en un mensaje inesperado, con su particular e inconfundible estilo. Su primera y contundente recomendación fue un eco de su eterna preocupación por mi bienestar (es algo que la caracteriza y que ella muy bien sabe hacer): -Debes cuidarte siempre, y todo aquel que se acerque, que use condón-. ¡Vaya manera de reaparecer y qué consejo tan… Paola! Sólo ella podría irrumpir con tal pragmatismo descarado, recordándome que, a pesar de las millas, seguíamos siendo las mismas, siempre dispuestas a reírnos de la vida y de sus inevitables lecciones. Y de esa manera siempre existió, existe y sigue existiendo ese hilo que nos une.

 

 ¿Has tenido alguna vez una experiencia similar, donde la audacia o la creatividad te abrieron una puerta inesperada en tu vida laboral?

¿Hay alguna persona en tu vida con la que tengas un "hilo que los une" tan especial, que, sin importar el tiempo o las circunstancias, siempre saben que están ahí el uno para el otro?


Comentarios

Entradas populares